Este pianista nacido en Argel, recibe en numerosas ocasiones la calificación de Maestro, ya sea por su extensa carrera internacional como concertista o como pedagogo excepcional.

Le Mesnil des Arts, su proyecto pedagógico más personal

Emmanuel Ferrer-Laloë En 1992 creó su propio centro pedagógico y cultural en un Priorato del siglo XIII, a orillas de uno de los caminos a Compostela, en el sudoeste de Francia. En ese lugar se organizaban numerosos seminarios y actividades pedagógicas impartidas por maestros especializados procedentes de prestigiosas universidades y centros musicales como París, Versailles, Rotterdam, Mozarteum de Salzburgo, Victoria (Canadá), Greensboro (Carolina del Norte, USA), Salvador de Bahía, Brasilia, etc. En Le Mesnil des Arts organizó más de 500 conciertos en sus 25 años de historia, desarrollando una intensa labor de divulgación cultural con la participación de músicos venidos de los cinco continentes.

Graves problemas cardíacos entre 1983 y 1995 le obligaron a limitar sus giras de conciertos, pero su pasión por la pedagogía le permitió seguir sirviendo a la música, enseñando a un gran número de discípulos.

La pedagogía desarrollada por Emmanuel Ferrer-Laloë es fruto de una larga experiencia como profesor, trabajando en el uso de técnicas complementarias orientadas hacia el uso natural y racional del cuerpo y del cerebro (Tomatis, Schültz, sofrología, etc…).
Durante casi 50 años, numerosos estudiantes, concertistas y profesores venidos desde diferentes puntos del mundo han acudido a él para recibir sus enseñanzas y aprender de una metodología cuidada, rica y precisa, siempre al servicio de la música.

Otros centros: Trayectoria pedagógica

• Ha impartido clases en las universidades de Taipei (Taiwan), Beirut (Líbano), Hartford (USA) y Minas Gerais (Brasil.

• Imparte seminarios pedagógicos y ponencias para profesores y alumnos de los Conservatorios de A Coruña, Cáceres, León, Pamplona y Cartagena.

• De 2003 a 2017 ha  impartido clases regulares en el Conservatorio Superior Musikene del País Vasco.

Fundador de cursos internacionales de Granada y Girona.

Encuentro de pianistas Emmanuel Ferrer-Laloë

Cada dos o tres años aproximadamente, un grupo de pianistas profesionales (alumnos y ex-alumnos de Emmanuel), organizan todo tipo de actividades en torno al piano (conciertos, charlas, técnica pianística, visionado de DVD’s, juegos…). Este especial evento se concibió con la intención de agradecer a Emmanuel su enorme dedicación a la enseñanza musical durante casi 50 años.

Trayectoria pianística

Su amplio repertorio como solista resume una trayectoria internacional de conciertos ofrecidos en ciudades de Europa, Estados Unidos, Japón, Australia, Brasil, Egipto, Hong-Kong y muchas más. Destacan especialmente sus interpretaciones de S. Rachmaninov o de compositores franceses como Ravel, del que ha tocado en varias ocasiones su integral de piezas para piano.

Precursor de la Escuela Pianística Consciente

 
El éxito de la pedagogía impartida por Emmanuel Ferrer-Laloë nace de una manera de aprender el piano de forma más eficaz, con mejores resultados y con todo el cuidado y el cariño que merece el aprendizaje de cualquier disciplina. De Emmanuel nace la metodología de la Escuela Pianística Consciente, de la cual es fundadora Cristina Casale, una de sus antiguas alumnas y su actual partenaire en conciertos a dos pianos. Cristina ha materializado años de experiencia, metodología y evolución pedagógica en su academia www.cristinacasaleacademy.com, dando continuidad a una manera de enseñar actualizada a la era online en la que vivimos.
 

SERGEI RACHMANINOFF Suite No. 2, Op, 17 for 2 pianos – Mov II – Valse (Presto)

Testimonios

EMMANUEL FERRER-LALOË: EL NATURÓPATA DEL PIANO

No había oído hablar de Emmanuel Ferrer-Laloë cuando entré en su grupo de trabajo al no haber plazas libres en el aula del profesor con el que pretendía dar clase. Fue realmente gratificante escucharle. Él sí enseñaba a “cómo hacer lo que se quiere hacer”, además, de una forma clara, concisa, aplastantemente lógica y natural. Esto no es ni más ni menos que crear los buenos hábitos de los que he hablado anteriormente, para saber y poder utilizar los medios físicos adecuados que te permiten desarrollar la idea musical de forma libre. En definitiva, por fin un profesor que no empieza la casa por el tejado, sino que la levanta después de haber construido unos cimientos lo suficientemente sólidos como para que no se derrumbe a la primera dificultad. Pero, aunque todo el mundo podría estar teóricamente de acuerdo con lo expuesto hasta ahora, al igual que cuando oímos hablar de las medicinas alternativas (de forma seria, por supuesto)como la Naturopatía, la Homeopatía, la acupuntura, etc. y nos explican que son preventivas, que hacen que el cuerpo cree defensas naturales, que averiguan la causa del problema para intentar resolverlo y no solo aliviar los síntomas del mismo, cuando se trata de llevarlo a la práctica existe un gran parecido en las excusas obtenidas: - ¡el tratamiento es muy lento y pesado! = - ¡Se pierde mucho tiempo al estudiar de esa forma! - ¡si yo estoy bien, no lo necesito! = - ¡yo he conseguido tocar grandes obras sin toda esa historia!

Después de varios años bajo la tutela de Emmanuel he podido comprobar tanto en mí como en mis alumnos/as que realmente no hay “buenos” y “malos” estudiantes, sino que el “talento” se mide por la calidad del trabajo; que no se pierde tiempo, sino que se gana aunque se invierta más, al fijarse en los mil y un detalles que contiene un simple enlace entre dos notas; que todo el mundo necesita ser consciente tanto de lo que hace bien, para seguir haciéndolo, como de lo que hace mal, para poder corregirlo; que conseguir dicha calidad es sinónimo de motivación para estudiar cada vez más, puesto que, ahora sí, los resultados obtenidos son altamente satisfactorios y proporcionales al tiempo utilizado en el estudio; que la Técnica Pianística engloba el hecho físico de mover los dedos, manos o brazos y la expresividad, el sentimiento, la emotividad, etc. implícitos en toda obra musical, y que se deben servir el uno del otro inexcusablemente para conseguir una buena Interpretación. Con todo esto no quiero decir que el método de trabajo propuesto por Emmanuel Ferrer sea el único, pero sí uno de los válidos. Porque está basado en el control mental sobre el cuerpo, que es, no nos olvidemos, el vehículo que transporta la idea intelectual de la partitura al instrumento, que convierte la escritura en música. Y si no lo dominamos, esta idea se mostrará, sonará desvirtuada, respecto a la previa organización intelectual. Estas líneas no pretenden ser una crítica, sino un estímulo para aquellos, tanto profesores/as como alumnos/as, que todavía no han encontrado, pero siguen buscando su camino; y un motivo de reflexión para los que piensan que ya han llegado al final del suyo.
David Moreno
Profesor de piano del Conservatorio Profesional de Música de San Javier
CONOCER A EMMANUEL FERRER-LALOË SUPUSO UN ANTES Y UN DESPUÉS EN MI VIDA.

Lo conocí después de haber terminado el Grado Superior (año 2003) recomendado por un compañero. Me sorprendió su cercanía desde el primer momento. Ya en la primera clase pude darme cuenta de la amabilidad y respeto con los que trata a sus alumnos y el profundo amor que siente por la pedagogía.

Cada clase con Emmanuel es una inyección de motivación ya que brinda solución y herramientas a cada problema. y carencia que presentas En mi caso, decidí re- educarme pianísticamente con él y fue una experiencia muy positiva por la gran toma de conciencia corporal que hice.

Emmanuel es una persona genuina, simpático, culto, educado, un gran pozo de sabiduría y saber estar. Hace sentir bien a cualquier persona que esté a su lado y destaco su gran humildad. Yo solo siento agradecimiento hacia él, ya que me dejó vivir en su casa durante un año y medio para poder seguir más de cerca sus clases. Convivir con él en el maravilloso centro que tenía (el Priorato Le Mesnil Saint Martin) es una experiencia que no podré olvidar nunca.
A día de hoy nos une una amistad sincera llena de bonitos recuerdos y grandes afinidades de la vida en general.
Lucinda Lucena
Profesora de piano
TOMAR CONCIENCIA

Emmanuel fue quien pronunció esas palabras mágicas y que desde entonces dieron comienzo a mi proceso de autoconocimiento, tanto personal como profesional: TOMAR CONCIENCIA Tomando conciencia comprendí qué movimientos eran los necesarios para crear música, sin tensiones y disfrutando de ella. Encontré la confianza y seguridad que en algún momento perdí gracias a la base pianística y valores que me transmitió. Siempre estaré agradecida por haberme encontrado con él.
Beatriz Galán
Pianista
MUCHAS GRACIAS, EMMANUEL

Resumir en pocas líneas el privilegio de haber estudiado bajo la dirección Emmanuel es una tarea imposible, ya que abarca prácticamente todos los ámbitos de la vida. Llegué a él en un estado pianístico lamentable, tras más de diez años de estudios que me habían llevado a un callejón sin salida y con una formación llena de lagunas. Inmediatamente se puso a trabajar conmigo con una paciencia e interés inmensas. Junto con el cariño que desprendía en sus clases provocaba en mí un deseo de satisfacer todas las expectativas que juntos estábamos creando. No fue nada fácil: el trabajo con Emmanuel es muy profundo y riguroso y no voy a decir que fue un camino de rosas, aquí hay que incluir alguna crisis que otra. No puedo desligar la faceta pedagógica de Emmanuel a su enorme dimensión humana, pues conocerle te transforma: sin duda gracias a él he logrado recorrer un bonito camino en la vida.
Pacoluis Santiago
Profesor de Repertorio con piano
y Piano complementario
en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
REEDUCACIÓN PIANÍSTICA CON EMMANUEL, LA EXPERIENCIA QUE CAMBIÓ MI VIDA

Conocí a Emmanuel después de dos años de insistencia de una amiga en que le conociera, porque lo consideraba un profesor distinto de los demás y excepcional. Yo ya había hecho la carrera de piano, un postgrado en Letonia y un máster en el Royal College de Londres. Hacía algunos conciertos y no sentía la necesidad de trabajar con ningún profesor más, así que finalmente fuí a conocerle, pero con más ganas de pasar un verano musical que de tener grandes expectativas con él. 

Y fuí a su priorato, un lugar increíble perdido en medio de la campiña francesa. Un oasis para todo músico. Y le conocí… me pareció una persona encantadora, amable y cercana. ¿Sería un buen profesor? en la primera clase le llevé el segundo concierto de Rachmaninov para piano y orquesta. Lo había trabajado con mi profesora del Conservatorio de Moscú, lo llevaba bien estudiado y quería poner a prueba a ese profesor, a ver qué me decía. Y en esa primera clase con Emmanuel, me llevé una buena “bofetada”. En sentido abstracto, claro, ya que me empezó a hablar de conceptos y de una manera de tocar como ningún otro profesor me había hablado nunca. Y tengo que decir que a parte de los profesores con los que me había formado, siempre me gustó ir de oyente a escuchar a otros profesores, es una manera de aprender muy rica y diferente. Así que escuchar algo nuevo con un recorrido de años asistiendo o escuchando clases de todo tipo, me sorprendió doblemente

Me habló de la independencia de dedos, de mi postura, de mi comodidad... yo tenía asumido que algunos pasajes de piezas difíciles no se podían tocar con comodidad, simplemente formaba parte de la interpretación. Pero Emmanuel me estaba desmontando esas creencias y me dejó en shock hasta la tercera clase, que planté cara a mis miedos y mis dudas y decidí ser su alumna. Si él me aceptaba, claro. Y me aceptó. Hice cinco meses de reeducación pianística, observando mi cuerpo, mis gestos, empezando desde cero. En mi casa me veían estudiar y pensaban que quizás estaba dando un paso atrás en mi carrera, o que desvariaba. 

Pero el esfuerzo dió sus frutos y pasados esos meses empecé a notar como realmente comodidad y musicalidad podían ir siempre de la mano. Estudié con Emmanuel durante los 3 años siguientes y he de decir que condicionó el resto de mi vida. Porque después tuve a mis 3 hijos, y estoy convencida de que no hubiese podido mantener mi profesión si no hubiese aprendido a estudiar con eficacia y metodología, con consciencia de lo que hace tu cuerpo y de lo que tiene que hacer para que la música te lleve y la disfrutes, a pesar de cualquier dificultad que te plantee la partitura.

 Con Emmanuel, el “no puedo” se borró para siempre de mi cabeza. Y no sólo en el piano, sino también en la vida. Es mi gran maestro y le agradeceré siempre, con todo mi corazón, el gran legado pedagógico que nos ha transmitido (y lo sigue haciendo) tanto a mí como a sus
otros discípulos. 
Cristina Casale
Pianista y fundadora de la “Escuela Pianística Consciente”
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